Cuando el timbre mata la pasión.
Derek bajó la mirada… y se topó con su erección, aún más tensa, casi a punto de estallar.
—¡Por el amor a todos los ancestros lunares! —murmuró frustrado, clavando los dientes en su labio inferior, como si pudiera contener el dolor a pura fuerza de voluntad.
Se acercó al lavamanos y abrió el grifo de agua fría, metiendo ambas manos y luego la cara.
—Voy a despedir a esas empleadas. ¡Estábamos mejor solos! —gruñó, salpicándose con rabia.
Yeho rugió en su mente, totalmente fuera de sí.
#¡Sí, échalas! ¡Y destiérralas del territorio! ¡Ninguna digna de servir a la reina puede interrumpir semejante ceremonia de acoplamiento!# —bramó el lobo, lleno de furia salvaje—. #¡Merecen ser marcadas como traidoras, condenadas a...!#
#¡Ya basta, Yeho! No vamos a empezar una guerra por un maldito timbre# —gruñó Derek en voz baja, empapando su rostro mientras su miembro latía como un tambor tribal.
Aún con la respiración agitada y el rubor ardiéndole en las mejillas, Scarlet abrió la puerta como quien es