Faltaban sólo dos días para mi baile de cumpleaños, y esa noche, mi padre, no solo me presentaría en sociedad, sino que anunciaría mi compromiso matrimonial y seguramente se anunciaría la fecha de nuestra boda, solo de pensarlo me emocionaba tanto, que mis piernas bailaban solas debajo del vestido.
Mi corazón latía con fuerza, mi madre me trajo de un lado a otro, y yo sólo podía pensar en él, en mí Maximiliano y en su gran secreto, no puedo negar que sentía algo de miedo al saber que él tenía el mismo poder de Lola para transformarse en un lobo, y trataba de imaginar cómo sería mi vida a su lado, pero cerraba los ojos y recordaba sus labios sobre los míos y todo lo demás dejaba de existir.
Visitamos otras dos casas, y a la modista, esta vez mi madre se aseguró de que la herida de mi pierna no sangrara y pudiera probarme mi vestido para el baile; la modista saltó de emoción al ver el anillo en mi mano, y a mi madre le brillaron los ojos de orgullo, pero sus palabras me causaron una peq