Suzy colgó el teléfono enojada e indignada.
Karmann se acercó a Tenzin y le puso una mano en el hombro.
—Tienes que hablar con Suzy. Pero debes esperar a que se le pase el enojo.
—Ya es tarde —dijo él, cabizbajo.
—Nunca es tarde para ser honesto —agregó Dorjee.
—No deberías hacer eso—le dice Jefferson a Loys.
—No hice nada. El me dijo que tenía calor yo le dije también que estaba caliente y solo sucedió ¿por qué debería sentirme mal? Ambos nos besamos. Yo no le brinqué encima.
Mientras tanto, Suzy conducía sin rumbo, con el rostro cubierto de lágrimas. Su pecho dolía, pero no por celos. Dolía por la traición, por la mentira, por no haber escuchado su intuición.
John le dijo que lo dejaba conducir y ella accedió.
Suzy soltó el teléfono con rabia, sus dedos temblaban al soltarlo sobre el tablero del vehículo. El eco de las palabras de Tenzin, su tono manipulador y su arrepentido “no se qué me pasó” retumbaban en su mente como un zumbido insoportable. Había conducido sin rumbo, sin pensa