La noticia del accidente de Loys corrió como pólvora encendida.
Habían pasado menos de una semana desde el atropello frente a la cafetería de Doña Mei, y Tenzin apenas podía dormir. Había notificado a los padres de Loys, a sus amigos Dorjee, Pang y Karmann, y ahora reorganizaba su vida para poder visitarla cada día tras sus clases en el dojo.
Mientras tanto, en una elegante oficina de un rascacielos empresarial, Suzy revisaba un informe de marketing. Su celular vibró dos veces, pero no lo revisó hasta que la pantalla se encendió con el nombre "MAMÁ MEI". Frunció el ceño. Mei rara vez llamó en horas de oficina. Algo no estaba bien.
Suzy contestó de inmediato.
—¡Señora Mei! ¿Está todo bien?
—Suzy, querida... No, no está todo bien. Loys tuvo un accidente hace días. Tenzin está en shock. El está en el hospital ahora con ella. No sé si lo sabes ya que no te he visto por aquí. Se que eres una mujer muy ocupada.
Suzy se quedó sin palabras.
—¿Loys? ¿Qué le pasó?
—La atropelló un auto. Fue fre