La voz de Armando se escucha totalmente alterada, en tanto toma mi mano y me jala. Vamos a prisa entre toda la gente que está bailando o platicando, en algunos puntos se hace difícil pasar entre ellos. Volteo la mirada y notó que los dos sujetos nos están siguiendo de prisa, pero tampoco ellos no pueden alcanzarlos fácilmente.
Logramos pasar la primer sala, la segunda es el cuarto donde están los baños y al fondo unas cocinas. Al pasar todos se nos quedan viendo extrañados ya que no deberíamos estar ahí. El lugar es un laberinto, pero Armando se desliza con habilidad por el espacio, creo que ya estuvo aquí antes.
Más adelante veo al mismo mesero que me dio el primer shot, lo pasamos rápidamente de lado. Si no lo hubiera tenido de cerca, no me hubiera percatado que le dio una llave a Armando mientras iba corriendo frente a él.
-¡Ey, con cuidado! –le grita el mismo mesero que le ayudó, seguramente es para disimular.
Alcanzo a escuchar de lejos que quienes nos siguen ya están en las coci