-Buenos días a todos –saluda formalmente el comandante, acompañado de una tos repentina -, espero que se encuentren bien después de las noticias. Recordarán al oficial Saúl Córdova, de Asuntos Internos.
Asentimos la cabeza, estamos en blanco.
-Hola a todos, disculpen la interrupción pero dadas las condiciones preferimos venir a hablar con ustedes aquí que en la Fiscalía donde los rumores no paran. Comandante... –le da la palabra a nuestro jefe, de repente mi sala se convierte en sala de juntas.
-Agentes, después de lo que me comunicó el señor León, pues me vi en la obligación y responsabilidad de avisarme al oficial Córdova. Esto entiéndase que es para un esfuerzo de colaboración entre ambas Fiscalías.
-Antes que nada –apunta Córdova al recargarse en uno de los sillones –quiero que entiendan que ninguno de los cuatro, incluyendo al comandante, está en peligro de perder su puesto. Que quede bien claro ese punto. No estamos haciendo una cacería de brujas sobre su área. Sin embargo, d