Es solo una coincidencia.
PUNTO DE VISTA DE Adrián.
Miré fijamente a Vera, con la mente a mil por hora. ¿Cuándo había llegado a la oficina? ¿Cómo había visto a Catalina con esa ropa?
Nada de eso tenía sentido. Respiré hondo y la miré, tratando de mantener la calma. «Cuando le preguntaste a Catalina quién le había dado la ropa», comencé lentamente, «¿qué te dijo?».
Vera levantó la barbilla, con los ojos rojos e hinchados. «¿Qué crees que dijo?», espetó. «Me dijo con orgullo que era de su novio».
Sus palabras me golpearon como un puñetazo en el estómago. El corazón me latía con fuerza en el pecho, pero mantuve la compostura.
«¿Dijo que yo era su novio?», pregunté, con una voz más firme de lo que me sentía.
Antes de que Vera pudiera responder, Liliana intervino con aire de suficiencia. «Ya basta. No puedes negar que hay algo entre vosotros dos, Adrián».
«Incluso ese collar de diamantes que lleva... Estoy segura de que se lo compraste tú».
Miré a Liliana, sintiendo una oleada de frustración. Me t