Nunca imaginé que un solo día pudiera quebrar tanto mi mundo y, a la vez, abrirlo. El cementerio, Alice llorando frente a mi tumba, y luego mi madre… viva, real.
No la mentira que Isabelle me habia dicho durante meses que mi madre estaba muerta.
Mi verdadera madre. estaba alli viva.
Todavía siento el temblor en mis manos mientras manejo hacia su apartamento, la dirección que Megan me envió junto a los documentos de mi identidad real.
La calle es estrecha, tranquila, con farolas amarillentas que parpadean como si supieran la tormenta que traigo dentro.
Toco la puerta.
Tengo el corazón latiendo como si quisiera escaparse.
Ella abre.
Y cuando lo hace, el universo entero se detiene. me quito la gorra y los lentes.
—Ethan… —susurra, como si pronunciara un milagro.
La abrazo.
Y siento por primera vez algo que no había sentido en meses: Que pertenecia a un lugar.
Nos sentamos frente a frente.
Hay dos tazas de té en la mesa.
El vapor sube como un suspiro entre ambos.
—Te ves cansado, hijo —di