Liam Jones.
Con un día tan gris como este,¿cómo puedo escapar de la melancolía?
Esa mañana la secretaria me había llevado para firmar, el cheque destinado a obras benéficas para centros hospitalarios que estudiaban nuevos tratamientos médicos.
—Yo lo voy a llevar—Dije pensando en tomar un poco de aire y despejar mi cabeza.
La brisa fría que soplaba afuera se colaba entre dentro de mi abrigo. Me detuve en seco cuando vi a Ava del brazo de Brad.
Todo el aire se me escapó al instante. Me quedé ahí parado, sin acercarme a ellos.
Ella fingió no verme,no se le veía muy bien,lucía un poco más delgada y desencajada.
Brad le susurró algo al oído, entre ellos había esa complicidad que solo los amigos íntimos pueden comprender, el dolor en mi pecho se hizo más intenso.
Pude ver cómo ella forzaba una sonrisa, pero aún desde la distancia, sus ojos evitaban los míos como si fueran dos imanes que repelían.
En un movimiento casi automático, me encaminé hacia la oficina del director del centro de