Ava Hills.
Nunca imaginé que ver al viejo Alfa Jones tan devastado me afectaría.
La fuerza que siempre emanaba de él ahora se tornaba en tristeza, se veía abatido como si todos los años del mundo le hubieran caído de golpe.
—Ava, sé que me debes guardar rencor y me lo merezco. Perdóname— dijo con la voz melancólica.
Su mirada, llena de sinceridad, me convenció.
Tantas veces había deseado verlo en esa posición para decirle todo lo que sentía, para liberarme de ese peso. Pero ahora todo ese rencor se había evaporado.
—Se equivoca en un principio. Sí, le guardé rencor, por ser piedra de tropiezo en mi relación con Liam, pero ahora debemos estar unidos por él.
Me dolió verlo así. Por un momento, las heridas del pasado desaparecieron.
Solo quedaba la urgencia de salvar a Liam. Mi corazón ardía de deseos por encontrar la cura de la maldición.
—No sabes cuánto me duele —continuó, con lágrimas acumulándose en sus ojos. —El único hijo que me queda está a punto de morir.
Sentí un nudo en mi ga