Ava Hills.
Cuando llegué a Alborada, el sol ya se estaba metiendo.
Me detuve frente a la puerta de mi habitación, recordando mi maravillosa primera vez.
Selene, me abordó con el habitual brillo juguetón en sus ojos. No pude evitar sonreírle.
Había estado esperando mi regreso, y tenía la certeza de que quería hablar sobre lo que había vivido.
—¿Dónde andabas? —me preguntó ella —. Le inventé a mi padre que tenías un viaje de negocios.
—Estaba en el cielo —respondí, casi incapaz de contenerme—. Liam es lo que imaginaba. Al fin lo hicimos.
La preocupación se reflejó en los ojos de Selene. —¡¿Cuándo le dirás que no eres Estrella y que eres Ava?! —inquirió intrigada.
—No es tiempo —dije, haciendo una pausa para tragar toda la emoción que sentía al recordar aquella noche mágica—. Tengo que enamorarlo primero.
Mientras hablábamos, mi mente viajaba de regreso a nuestro encuentro íntimo.
La química entre nosotros nunca se había evaporado. Todavía existía esa conexión latente.
Liam tenía esta f