Liam Jones.
Era una noche como ninguna otra, mi alma estaba impregnada de un nerviosismo que inundaba cada fibra de mi ser.
Estrella, la mujer que había conquistado mis pensamientos y sueños, bailaba conmigo al son de una balada romántica.
Era la misma discoteca donde nuestras miradas y destinos se cruzaron por primera vez.
Su belleza era abrumadora, pero más allá de eso, había algo en su esencia que me llenaba de esperanza.
—¿Estás segura? ¿Sin arrepentimiento? — le pregunté, sintiendo el latido de mi corazón.
Las palabras parecían salir de mis labios como si las estuviera pronunciando por primera vez, temía de verdad lo que pudiese responder.
—Totalmente —respondió ella, con su mirada fija en la mía. —Eres él que siempre esperé.
Con esas palabras, toda la tensión que había acumulado durante días pareció evaporarse en un instante.
Sentí que el tiempo se detenía, que el universo entero se alineaba para nosotros.
Esa cita fue la mejor de mi vida; no solo porque estaba con Estrella, sin