68. La encontré
68
Magnus
La encontré.
Ella pensó que podía esconderse en el lago. Que el agua fría y la distancia bastarían para enmascarar su olor, para engañar a mi lobo.
Pero se equivocaba.
Siempre la iba a encontrar.
Mis ojos la siguieron desde el borde del bosque. La luna bañaba su piel mojada como si quisiera hacerla brillar solo para mí.
Dioses… cómo se atrevía a lucir tan libre. Tan hermosa. Tan mía.
—Eve —la llamé con voz ronca, como un gruñido contenido.
Ella se tensó. Lo supe por la forma en que el agua tembló a su alrededor.
No esperó que entrara.
Pero lo hice.
Me metí al agua con todo y ropa, dejando que el lago me tragara hasta la cintura. La ropa se pegó a mi cuerpo, pero no me importó. El frío intentó enfriar mis instintos… y falló.
El calor no se iba.
No mientras ella respirara. No mientras ella existiera.
Nadé hacia ella sin apuro, con la certeza de un depredador que ya ha vencido. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, alargué la mano y la tomé de la cintura. Su piel resbaló