Silencio distinto

93

Eva

Cuando regresamos a la habitación, el silencio era distinto. Más íntimo. Magnus cerró la puerta detrás de nosotros con suavidad, y su cuerpo casi enseguida se pegó al mío, cálido, protector, temblando apenas con algo que parecía necesidad contenida.

Me tomó de las manos y me condujo a la cama con una delicadeza inusual para un lobo como él. Me senté, y él se arrodilló a mis pies. Sus manos, fuertes y cálidas, comenzaron a acariciar mis piernas, mis muslos, mis caderas, como si quisiera grabar cada rincón de mí en su memoria. Luego subió lentamente hacia mi vientre.

—Ya se nota… —susurró, apoyando la palma con una ternura infinita sobre la leve curva que comenzaba a formarse—. Nuestro hijo… está ahí.

Me acarició despacio, en círculos suaves. Luego levantó la mirada hacia mí, y vi algo extraño en sus ojos. Vulnerabilidad.

—Fui un idiota —dijo, con la voz ronca, casi reverente—. Antes… te alejaba por miedo.

Lo miré sin comprender del todo.

—¿Miedo a qué?

Él tragó saliva. Su pecho
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP