94. La cumbre
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El cielo estaba cubierto por nubes oscuras, como si el mundo mismo supiera lo que estaba a punto de desatarse. Un silencio ominoso se extendía por los límites del bosque, el tipo de silencio que precede al estruendo de una tormenta. El Consejo ya había sido informado, los ancianos y los niños evacuados, las alianzas selladas. No había más tiempo. La guerra estaba aquí.
Los humanos habían vuelto por más pelea, el General no aprende, pero no importa los seres mágicos le enseñaremos que no somos a quien subestimar.
Desde las copas de los árboles, los centinelas de la manada observaban cómo las líneas enemigas se extendían más allá de lo visible: humanos con sus uniformes oscuros y armas brillantes, pícaros encadenados a una causa que no entendían o no les importaba entender. En medio del campo, Valentine, erguido y soberbio, señalaba el frente con una sonrisa torcida. Esta vez venía por todo.
A su lado, varios cambiaformas de lobos aliados de los humanos aguardaban en forma híbrida, p