Mundo ficciónIniciar sesiónLa pareja destinada de Judy, la rechazó para casarse con la hija del presidente de los licántropos, Gavin. Y como si eso no fuera lo suficientemente malo, llevó a su familia a la ruina e intentó convertirla en su amante secreta. La respuesta de Judy fue clara: "¡Preferiría acostarme con tu suegro antes que estar contigo!" Gavin era conocido por su poder, riqueza, y por ser el epitome de la palabra mujeriego, ya que nunca dormía con la misma mujer dos veces. Pero Judy estaba a punto de romper todas sus reglas... una y otra vez.
Leer másPunto de Vista de JudyEl camino de regreso fue más silencioso de lo que imaginé.Cuando Gavin soltó aquella bomba, que los Blackwell nos estaban mintiendo, no supe qué pensar. Selene no parecía ser una mujer capaz de mentirme de esa manera, y tampoco veía a Zachary como alguien lo bastante descarado como para hacerlo, pero Lila... bueno, de ella sí lo creería.Algo no cuadraba, pero no discutí con él, solo me subí al auto y dejé que cerrara la puerta. Antes de encender el motor, lanzó una última mirada hacia la mansión, una de esas miradas que se quedan clavadas en el pecho, luego arrancó. Sus manos apretaban el volante con tanta fuerza que sus nudillos estaban completamente blancos.Quise preguntarle si estaba bien, pero las palabras no me salían. No tenía miedo; simplemente sabía que él necesitaba un momento.Jamás pensé que ese “momento” se extendería durante toda la hora de viaje hasta la Manada Creciente Plateada, y que seguiría después de haber llegado a la villa y entrar.Gavin
—¿Q... qué? —balbuceó Lila.—No me mientas, Lila Marie Blackwell —dijo Selene, cruzando los brazos—. Te escuché hablando con alguien, le dijiste que tenía que irse antes de que la atraparan. ¿De quién la escondes? ¿Y quién es?Selene ya sabía la respuesta, pero necesitaba que su hija lo dijera en voz alta.—No era nadie —respondió Lila, frunciendo el ceño—. Solo alguien que antes era mi amiga, pero ya no...Selene sintió un pinchazo en el pecho. Su hija le estaba mintiendo, y eso dolía más que cualquier otra cosa.—Me estás mintiendo, y no entiendo por qué —replicó Selene, apretando los labios.—No estoy mintiendo... —intentó exclamar Lila—. Y aunque así fuera, soy adulta. No necesito permiso para ver a mis amigas.—Cuando tu “amiga” es Daisy Baldwin, sí necesitas avisarnos antes de traerla a esta casa —estalló Selene, su voz era cortante.No había querido decir el nombre, pero ya no había vuelta atrás.Lila retrocedió como si la hubieran abofeteado.—Así es —continuó Selene con firmez
Punto de Vista en Tercera PersonaSelene alisó las telas sedosas de su vestido negro mientras se observaba en el espejo. Estaba dentro de su vestidor, el mismo que Zachary le había construido años atrás. Su cabello oscuro y abundante caía sobre su hombro; acababa de terminar de cepillárselo. Había pasado un poco más de una hora desde que Judy y Gavin se fueron, pero aún no lograba sacarse de la cabeza las palabras de Gavin.Pensó en su día con Judy Montague; la muchacha era peculiar, pero Selene no podía negar la extraña sensación que le producía estar cerca de ella, era como si la conociera de toda la vida.Un golpe en la puerta desvió su atención del espejo hacia la entrada del vestidor.—¿Sí? —preguntó, agradecida de que su voz sonara firme.La puerta apenas se abrió y su esposo, su compañero de vida y de alma, asomó la cabeza. Había preocupación en sus ojos.—Has estado muy callada, así que me empecé a inquietar —dijo Zachary, entrando al vestidor—. ¿Todo bien?Selene le dedicó una
Aunque eso les colocaba un blanco en sus espaldas, así que quizá me equivocaba. Tal vez acababa de decir en voz alta algo que debía mantenerse en secreto.—¿Y tú qué sabes sobre los poderes de Lila? —preguntó Selene. No sonaba molesta, sino más bien... curiosa.—Lo mismo que sabe todo el mundo —admití—. Desde que ustedes salieron de su escondite, los rumores recorren todos los territorios.Selene hizo una mueca leve.—Sigo bastante desconectada de los territorios y de los chismes entre manadas —confesó con cierta timidez—. Tampoco uso redes sociales, así que discúlpame si no tengo idea de qué rumores hablas.Tragué saliva. No sabía cómo habíamos llegado a ese punto, y algo dentro de mí advertía que estábamos pisando terreno peligroso.—Bueno... eh... —balbuceé mientras intentaba ordenar mis ideas—. Que nació con tanto poder que su cuerpo no podía sostenerlo. Que una Vidente, o una bruja, tomó su magia y la selló dentro de la Gema Lunar.Selene asintió y caminó hacia el sofá para sentar
Punto de Vista de JudySelene volvió a corregirme los hombros, por cuarta vez.—La cabeza arriba, pero sin parecer arrogante —dijo, guiándome el mentón con dos dedos—. Reclama el espacio, no lo pidas. Tu manada no puede verte como alguien débil.Intenté obedecerla, aunque la postura me resultaba incómoda. Su método se sentía anticuado, casi rígido. No estaba segura de como reaccionaría la manada si yo “reclamaba” espacio, pero Selene hablaba con una seguridad que descolocaba; lo extraño era que técnicamente ni siquiera era una Luna. Aunque su compañero tenía sangre de Alfa y Licántropo, hacía años que ambos habían renunciado al sistema porque no querían liderar ni ser liderados.No obstante, si lo pensaba bien, Zachary y Selene sí supervisaban un pequeño grupo que también había abandonado el sistema... solo que no eran lo suficientemente temerarios como para volverse renegados por completo.Sin éxito, intenté relajar la mandíbula,. El piso pulido del salón me devolvía un reflejo de cad
—¿Qué buscan tus enemigos exactamente?Zachary soltó un largo suspiro.—Digamos que tu padre no era el único que quería la Gema Lunar —respondió—. La gema resguarda los poderes de mi hija, Lila. Cuando nació, tenía más fuerza que cualquiera de nosotros juntos. Una Vidente nos advirtió que ese poder sería su mayor fortaleza... y también su mayor debilidad, porque el cuerpo de la bebé no soportaría tanta energía, así que resguardó su magia dentro de la Gema Lunar. Pensábamos dársela cuando cumpliera dieciocho, cuando pudiera manejar algo así...—Pero te la robaron antes de que pudieras hacerlo —completé por él.Zachary asintió. —La noticia sobre ese poder corrió rápido; atrajo enemigos de todas partes y ya no podíamos confiar en nadie. Tu papá fue claro cuando dijo que ni los amigos más cercanos eran de fiar. Por eso desaparecimos del mapa, nos mantuvimos ocultos todos estos años, protegiéndonos como podíamos. Pero ahora que recuperamos la gema y volvió a manos de nuestra hija... ya no n
Último capítulo