331. El cristal y la sangre..
Narra Ruiz.
No tiene remitente.
Como casi nada en mi vida.
El sobre es del mismo tono marfil de los anteriores. El papel grueso. Caro. No es una amenaza armada con crudeza de cárcel. Es algo peor. Es un juego fino, diseñado por alguien que sabe dónde duele.
La postal muestra una clínica infantil abandonada. Ventanas rotas. Un pasillo pintado con dibujos que alguna vez quisieron dar alegría, pero ahora parecen los primeros borradores del infierno. Muñecos rotos en el piso. Sillas patas arriba. Paredes que alguna vez fueron blancas, ahora mordidas por la humedad y el moho. Un lugar donde la esperanza fue a morirse en bata blanca.
En el reverso, una frase escrita con una tinta que no mancha, que parece susurrada:
"Si sabés mirarla, la vidriera devuelve la verdad."
No hay firma.
No hace falta.
Sé que es él.
El mismo que me arrancó la última certeza. Que me sacó a Brisa de un solo tajo y que tiene a mi hija escondida como si fuera parte de una galería de arte retorcido. Y yo… yo me estoy q