217. La traición en el corazón del imperio
Narra Ruiz.
No sé qué carajo pasa, pero lo siento en el pecho, en el aire, en la manera en que las risas se vuelven postizas de golpe, en la forma en que la música sigue sonando como si nada, pero el mundo, el mío, se partiera al medio. Me doy vuelta despacio, copa en mano, sonrisa ensayada, y la busco entre la gente. Entre los socios, las bestias disfrazadas de hombres de negocios, las putas maquilladas de señoras finas. Ella no está. Lorena no está.
Y entonces veo correr a Luisito.
Y cuando lo veo correr, me corre a mí el hielo por la nuca.
—¿Qué mierda pasa? —le grito por encima del murmullo que empieza a hacerse más espeso, como si el aire se volviera barro.
Luisito me mira, me esquiva, sigue corriendo, el idiota.
Lo agarro del brazo.
Lo freno.
Lo sacudo.
—¡Te pregunté qué mierda pasa! —le escupo en la cara.
—La pendeja… la pendeja se escapó. ¡Con la beba! —responde, jadeando, y los ojos le tiemblan como un perro que olió pólvora.
Me quedo quieto un segundo.
Un segundo exacto.
Lo