Álvaro dispuso una de las piezas de alojados para Sarah, la más cercana a su propia habitación, necesitaba tenerla cerca para asegurarse que estuviera bien y estar cerca en caso que necesitara algo por la noche. Ella se sentía incómoda, se le notaba, pero él no la dejaría en su departamento sola de nuevo. Aunque no estaba seguro de por qué, si era para protegerla o…
Sarah se despertó gritando muy fuerte, lloraba desesperada. Álvaro se levantó inmediatamente a verla. Estaba con los ojos desorbitados, aterrada. Él se quedó inmóvil un segundo, pero inmediatamente corrió a su lado en la cama y la abrazó consolándola.
—Tranquila, pequeña, no pasa nada, tranquila, aquí estoy yo, está todo bien...
Sarah se aferró a él como si en ello se le fuera la vida. Lloraba y gemía adolorida, debía sent