«Antiguamente la gente creía que cuando alguien moría un cuervo se llevaba su alma a la Tierra de los Muertos. Una fábula transformada en mito, y el mito en leyenda. Un ave de carroña, un mal presagio, un bicho depredador que junto a un final terrible y también junto al alma éste se llevaba la profunda tristeza de su víctima, impidiendo así su descanso eterno y pacífico»
Avaricia.
—Era difícil.
—Define difícil.
Trago saliva pese a que me cuesta.
Estiro la mano, bebo un sorbo del agua que me fue servida y junto todo el aire que el sofoco en mi pecho permite.
—Podía ser día como también noche —se me queda viendo con una ceja levantada y cierra el bibliorato dónde estaba apuntando—. Y eran tan impredecibles sus eclipses que cualquier cosa pasaba a su lado. Siendo sol, nos llevábamos muy bien. Era atento y había aprendido a ser cariñoso; tenía palabras bonitas y me cuidaba —se me empañan los ojos y parpadeo; lo hago hasta que las ganas de llor