MILA
Me despierto y me desperezo con un genio fantástico.
Estiro los brazos, estiro las piernas, bostezo y me retuerzo saboreando la placidez de una cama tan inmensa sólo para mí.
Vuelvo a bostezar, incluso río de lo bien que dormí.
Qué comodidad.
Kilómetros de somier Kingsize traen sus ventajas, principalmente si no te toca compartirlo.
Qué delicia.
Voy incorporándome de a poco, arreglando las almohadas cual nido a mi alrededor, buscando en el cajón de la mesilla de luz el control del televisor y encendiendo mi mañana con Nickelodeon.
Justo lo que necesitaba.
Ladeo la cabeza y me saco los pequeños tapones de las orejas.
Si se desató un terremoto en este caserón no lo sentí. Si cierto hombre de las cavernas zafó de sus cadenas y vino a reclamar un bonus de consolación pues ni lo escuché.
Miro las pequeñas gomitas de color beige, antes de guardarlas en su correspondiente cajita; realmente las cosas que se consiguen por internet son muy interesantes y efectivas.
La descripción del produ