Tras una larga charla, Thiago tomó camino a la oficina, aunque, al final, decidió tomar otro camino.
- ¡Maldita sea! -dijo el hombre mientras golpeaba el volante.
Al llegar al lugar al que finalmente se dirigió, una enfermera en la recepción lo recibió.
- ¡Señor Cedeño! Hace mucho que no venía a visitarnos, a ella le dará mucho gusto. -dijo la enfermera saliendo de recepción para llevarlo a un lugar.
- ¿Cómo está? -dijo Thiago con seriedad.
- ¡Bien, va muy bien! De vez en cuando, tiene sus momentos, pero va bien, le dará mucho gusto verlo, ella siempre se pone alegre cuando usted la visita. -dijo la mujer usando un tono de voz alegre ante la presencia de aquel caballero.
Thiago no dijo nada y caminó siguiéndola.
- Señora, tiene visitas… -dijo la enfermera entrando en la habitación de una bella mujer.
- No tengo ánimos para visitas… -respondió una mujer que se encontraba acostada en su cama.
- ¡Yo creo que esta sí le agradará! -dijo la enfermera mirando al atractivo hombre a su lado.
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