MATTHEW GRAYSON
Desperté mareado y con náuseas. Apreté con fuerza los ojos y entonces sentí su peso sobre mi pecho, además de sus cabellos desperdigados, cosquilleando en mi cara. Cuando me di cuenta estaba en mi habitación con Sharon, ambos desnudos en la cama, envueltos solo por una sábana.
Ella se removió con torpeza. La luz le lastimaba tanto como a mí. De pronto brincó como si se hubiera dado cuenta de lo que había pasado y tiró de las sábanas para cubrirse.
—¡¿Qué pasó?! —preguntó confundida y apretando su cabeza entre sus manos—. Creo que bebimos demasiado tequila.
—Más del que deberíamos —solté con molestia, saliendo de la cama mientras ella comenzaba a reír.
—¿Cuándo fue la última vez que te sentiste tan vivo? —pre