SANTIAGO CASTAÑEDA
—Carl… Solo escúchame, por favor… —susurró Matt, dominado por la melancolía y esa lealtad que te une a tus empleados que han estado contigo desde el inicio.
—¿Los escoges a ellos? —preguntó Carl con una sonrisa de medio lado. Entonces por fin levantó la mirada y clavó su atención en Julia, que retrocedió un paso como si le hubiera aventado un cuchillo—. Yo te traje aquí. Yo te llevé a Julia. Yo… Yo defendí su relación, aunque todos estaban en contra. ¿Así me pagas? ¿Con indiferencia?
—Carl, lo que tú no estás entendiendo, es que Rita es aparte, no está en el mismo paquete que tú —soltó Matt intentando acercarse hasta que Carl se levantó ofendido, viéndolo con rencor—. Ella cometió errores. Viste lo psicótica que se puso, movida por los celos.
—¡Tú le diste alas! —gritó Carl frustrado—. ¡Tú le dijiste que no estabas con Julia! ¡¿Por qué?! ¡Ella pensó…!
—Que no estuviera con Julia no significaba que la dejaría entrar a mi vida —siseó Matt comenzando a perder la pac