ALONDRA MONTERO
—Viste como lo veía a él, pero… ¿te diste cuenta de cómo me veía él a mí? —pregunté con frustración y una sonrisa rota—. Eso quería, lo único que no me diste. Amor verdadero, ese no miente, no es desleal, no huye. Veía a Manuel como si fuera mi universo entero, porque yo era el suyo.
»¿Aún no te das cuenta, Rafael? ¿Ni siquiera en tus últimos momentos? —Acaricié sus cabellos con dulzura mientras él dejaba caer la cabeza sobre su almohada y paladeaba su dolor—. Yo me enamoré de ti. Fui servicial, dulce y fiel. Te complací y te honré. ¿Cómo me pagaste? Siéndome infiel. Traicionándome de la manera más cruel, con mi propia hermana.
»Tuviste un hijo con ella y me lo restregaste en la cara. ¿Pensaste que después de eso te iba a adorar?
—Ella me dio lo que tú no me dabas… —susurró con melancolía y los ojos clavados en el techo—. Ella me veía…
—Te veía como una oportunidad. Una cartera llena. Una salida a su pobreza —contesté con un suspiro agotado—. Lo sabes. Lo que ella s