Es una novela de ciencia ficción romántica basada en la relación de 2 jóvenes que fueron manipulados geneticamente en unas instalaciones gubernamentales llamada El Complejo. Es una historia que los atrapará de principio a fin. Todas querrán ser Mariana y todos querrán ser Jordan!
Leer másMariana estaba en esa etapa rebelde de la adolescencia. Esa en la que todo lo que deciden los padres está mal. Así que el hecho de que hubieran decido mudarse de Estado, sin siquiera consultarle, había sido suficiente para que se llenara de ira y resentimiento. A pesar de ser una joven muy madura para su edad, no dejaba de tener los arranques de cólera de cualquier adolescente.
- Mariana, ¿has terminado de empacar ya lo último?- preguntó Isabel, su madre, desde el pie de la escalera. - No, aún no.- respondió Mariana en un tono algo irritado.Isabel subió la escalera y entró en la habitación. - ¿Qué es lo que estás esperando?, en 2 horas tenemos que ir rumbo al aeropuerto. Mariana miró a su madre con la mirada llena de rencorIsabel se sentó junto a ella e intentó abrazarla, pero Mariana huyó corriendo de la habitación.
Se cruzó con su padre, que subía al oír los gritos, en las escaleras. - Pero Mariana, ¿que pasa hija, a donde vas? Mariana ni se detuvo y salió por la puerta principal hacia la calle. - Isabel, ¿que pasó?, ¿que eran esos gritos? -Isabel le miró con los ojos llenos de lágrimas y sollozando le dijo: - Creo que esta vez la perdimos de verdad. A ella le ha costado adaptarse y hacer amigos aquí, pero por primera vez lo ha logrado. Y ahora se lo arrebatamos llevándola lejos.Germán se sentó junto a su esposa y secó con sus manos las lágrimas que brotaban. - Ya verás como lo supera, nuestra niña es fuerte. No te preocupes, se le pasará.- Esbozó una mueca de sonrisa.- bajemos que ya viene el taxi. Al bajar las escaleras encontraron que Mariana yacía allí parada, con cara de haberlo perdido todo por lo que vivir. Germán se acercó a ella y puso la mano en su hombro, pero ella no pudo contener las lágrimas y se abrazó de él. - Papá...-El acarició con ternura su pelo... - Hija, ya pasará, verás que no es tan malo.- tomo la cara de su hija con ambas manos y le besó en la frente. En eso llega el taxi.Sus padre suben al auto mientras ella va ha su habitación por el bolso que había dejado sobre la cama. Mira la habitación por última vez, baja las escaleras y se sube al coche con sus padres. El viaje en taxi estuvo tenso, todos miraban por las ventanillas hacia afuera absortos en sus propios pensamientos. Ni una palabra cruzaron.Tan callados, como en el taxi, bajaron en el Aeropuerto. Esperaron pacientemente que el chofer bajara las maletas.Germán fue por un carro para trasladarlas. Los tres ingresaron a la terminal ha hacer los trámites para embarcar.El silencio entre ellos seguía siendo sepulcral.Ya sentados en la sala de espera, Isabel rompe el silencio.- Voy a comprar un libro para leer en el viaje, ¿me acompañas, Mariana?-
Mariana la miró y negó con la cabeza.- Como quieras, pero luego no me lo pidas cuando te aburras.- forzó una sonrisa y tomó rumbo a la librería.Mariana tomó sus auriculares y se sumió en su música sin prestar más atención a su alrededor. Mientras tanto, Germán, se encontraba del otro lado de inmenso salón de espera, al teléfono; tratando de ultimar los detalles para que los fueran a buscar al Aeropuerto.Al terminar la charla, miró a Mariana, quien se encontraba absorta en sus propios pensamientos, mientras escuchaba su música; dio un largo suspiro y se dirigió hacia ella, se sentó a su lado, le corrió el cabello de la cara y se lo puso detrás de la oreja. Ella le miró desconcertada y se quitó los auriculares. El le sonrió y susurró con complicidad.
- No deberías cubrirte el rostro con el cabello, eres demasiado hermosa para esconderte detrás de él.- Ella le sonrió obligada. - Como se nota que me quieres, papá.- - ¿Como no quererte?, eres el regalo más grande que me dio la vida.En eso se escuchan los altavoces anunciando el embarque de su vuelo. Isabel cruza el salón a pasos agigantados, llevaba entre sus manos, como atesorando algo muy preciado, el libro que había comprado para el viaje.
- Ya nos llaman, debemos abordar.- inquiere al llegar a ellos- Adelántense ustedes, yo tengo que ir al baño, los veo en el avión.- Se para y toma rumbo a los baños.
- Mariana...- le grita Isabel. - no te demores.- Mariana ni voltea, solo levanta su mano indicando que la escuchó. - Vamos, Isabel, tenemos que abordar.- - Espero que no se demore y pierda el vuelo.- Germán sonrió tranquilizándola - No te preocupes, no será la primera vez que pierda el vuelo, en el peor de los casos tomará el próximo. - le hizo una guiñada.- démosle espacio; dejemos que viva su luto.- Isabel y Germán embarcan en el vuelo. Mariana yace en el baño, se mira al espejo, lava reiteradamente su cara, como si quisiera borrar, con agua, esa mueca de enfado y desolación que lleva. - ¿Primer vuelo?, ¿asustada por el viaje?- le pregunta la anciana que acaba de ingresar al baño.- No, no es eso. Estoy demasiado acostumbrada a viajar, será raro el día que no lo haga. Mis padres parece no poder estabilizarse en ningún sitio.-
La anciana le regala una sonrisa afectuosa. - Seguro que tus padres hacen lo mejor que pueden. ¿Sabes...? no nacemos con un manual de como ser buenos padres, ya lo verás cuando estés en sus zapatos. Ahora eres muy joven, seguro que no entiendes las palabras de ésta vieja. Pero cuando te des cuenta lo que valen, espero los tengas aún.-Mariana hizo una mueca de fastidio. - Gracias por el consejo, señora, pero debo irme, mi vuelo ya parte.- Sonrió y se fue.Al salir del baño, encuentra en el salón mucho movimiento de seguridad. Corre hacia la puerta de arribo de su vuelo, pero la detiene un policía.
- ¿A donde va, joven? - Interroga - Ese es mi vuelo.- le muestra el billete. - Lo siento pero no puedo premitir que suba, hay un inconveniente y hasta que no se resuelva no puedo permitir que suba nadie más. Le sugiero que se siente y espere que la llamemos para que pueda abordar.Mariana, aunque desconforme, acata la petición del policía y se sienta.
Luego de más de 40 minutos de espera, se para y se acerca al ventanal que da a las pistas, allí, debajo, estaba el avión que debía tomar. Sus padres estarían preocupados por su ausencia, trata de llamarlos, pero solo logra que el buzón de voz le conteste. Luego de varios intentos decide dejarle un mensaje. - Mamá, no te enfades, no me han dejado subir al avión, dicen que hay un inconveniente, pero en un rato se solucionará, así que allí estaré. Me he portado como una mal criada, te pido perdón y prometo madurar, es que ya va siendo hora. Dile a papá...- en eso un estruendoso ruido y una enorme bola de fuego abraza el avión, imposible divisarlo entre tantas llamas. Mariana se desespera, se golpea contra el cristal, al punto de hacerse un corte en la frente.Pronto todo se vuelve confusión y caos. Ella estaba mareada, se había dado un gran golpe, perdía mucha sangre y por fin desvanece.
Cuando despierta está en la cama de un hospital, se toca la frente, donde le duele, tiene una venda. La enfermera que atiende al paciente de la cama de junto, la mira.
- Tuvimos que ponerte algunos puntos, pero no te preocupes, no se notará la cicatriz.- Le dice sonriendo.
La enfermera la miró con compasión.
Al cabo de 15 minutos, llegaron con la camilla para llevarla ha hacerle la tomografía.
Mientras tanto en la recepción del hospital.
Se dirigió a la maquina de café y se sirvió uno bien cargado. Al cabo de unos minutos, que parecieron horas, la enfermera le avisa.
Sin mediar más palabra, se dirigió a la habitación. Al llegar a la misma, se detuvo antes de entrar, se secó la transpiración de su frente con el pañuelo que llevaba en el bolsillo trasero del su jean. Sin golpear, entró con mucha cautela.
Entonces Mariana se largó a llorar de una manera desconsolada. Jordan la abrazó con fuerza para que no se hiciera daño. Ella comenzó a gritar histéricamente, estaba entrando en shock. Entró la enfermera y, con la ayuda de Jordan para que se quedara quieta, le aplicó un fuerte sedante.
Cuando Mariana se durmió, Jordan la arropó y acomodó su cabello, dejando su frente despejada. Cuando se cercioró de que estuviera lo más cómoda posible se hundió en el sillón de acompañante.
La noche ya había entrado, en la habitación la única luz provenía de una lámpara muy débil que había sobre una mesa al lado del sillón donde yacía Jordan, aunque eso no le imposibilitó dormir un poco, es que estaba cansado, el viaje había sido largo. Pero un murmullo lo desprendería de su sueño reparador. Abrió los ojos y se percató de que Mariana se estaba despertando. De inmediato se incorporó y se sentó junto a ella, tomó su mano.
Como pudo se sentó, llevó su mano a la cabeza, pues le dolía horrores.
Jordan hubiera querido poder mentirle, aunque fuera por un tiempo, pero sabía que eso empeoraría las cosas, cuanto antes se lo dijera, antes empezaría su recuperación.
Ella se separó y mirándole profundamente le susurró:
Al día siguiente, ambos fueron a El Complejo, lo primero que hicieron fue presentarse ante Elda Buenos días, queridos, ¿cómo está mi pareja favorita? - dijo jocosamente Elda al verlos entrar a su despacho. Elda, estamos bien, gracias. – dijo Jordan seriamente como lo caracterizaba.- Tenemos algo importante que decirte y no queremos perder tiempo.- Elda abrió grande sus ojos y los observó Mariana y yo hemos decidido casarnos y esperamos no hayan trabas.- Elda se puso de pie y con una enorme sonrisa les respondió No solo no habrá trabas, sino que me alegro muchísimo, son la pareja perfecta, congenian más de lo que creen. Están hechos el uno para el otro. Las declaraciones de Elda lejos de alegrarlos los inquietaba. Se abalanzó sobre ellos y los abrazó a ambos. Muchas gracias, Elda.- respondió Mariana Gracias ningu
Luego de un rato ya estaban tumbados uno al lado del otro en la cama totalmente exhaustos. Jordan se pone de costado y acaricia el rostro de Mariana.Estás empapada…- sonríe maliciosamente¿Cómo no voy a estarlo?, esto fue realmente intenso.- suspiró largamenteTu insististe que me dejara llevar, que te mostrara quien era en verdad.-Sí, y estuvo súper rico.- ella también se puso de costado clavando el codo en la cama y apoyando su cara en la mano.No te hice daño, ¿o sí? – ella soltó una suave carcajadaNo soy tan frágil, Jordan; ya debieras de saberlo.- le miró un poco más seria.- ¿tú estás bien? - él sonrió ampliamenteMás que bien, tenía miedo de que no te gustara. Yo soy realmente así, un poco… ¿cómo decirlo?... grosero.
¿Qué quieres decirme? – dijo asombrada ante semejante declaraciónSí, verdad por verdad. Yo te cuento la mía, hasta donde sé y tú me cuentas la verdad sobre ti según lo que te han contado Elda y la Doctora Dallas.- ella apartó la vista de él por un instante y volviéndole a mirar le respondióMe parece justo. Primero tu.- él tragó saliva y dejó escapar un largo suspiro.-Ok, ok…- se puso de pie y comenzó a caminar por la habitación.- Cuando mis padres murieron, me entregaron a mi tío, quién a los pocos meses me puso a la venta para solventar así su adicción a las drogas, por suerte caí en manos de Carolina…- la miró y sonrió.- pero esa parte de la historia ya te la he contado ¿verdad? – ella asintió con la cabeza.- bueno al año o año
Jordan quería arreglar las cosas, pero realmente no sabía cómo hacerlo, y cuando Mariana se enterara de que él sabía que Germán estaba vivo y que mantenía comunicación con él, no estaba seguro de que lo perdonara. Se sirvió una copa de licor y se sentó frente a la estufa. Allí meditó largo rato sobre que sería lo mejor para hacer, pero no obtuvo muchas respuestas, así que se dignó a acostarse. Al llegar al dormitorio encontró a Mariana aún despierta sentada en la cama, con la mirada perdida. Se sentó junto a ella¿Mariana, estás bien? – ella le miró¿Bien?, ¿quién puede estar bien?, yo seguro que no.-Escucha, porque no duermes un rato y mañana ya hablaremos con más calma.-Es que tengo miedo de lo que pase mañana.¿Miedo?<
Ya sin Carlos ni Maite, Mariana y Jordan se sentaron frente a la estufa, en el sillón, abrazados y tapados por una frazada.-¿Qué te han parecido Carlos y Maite? -Me han agradado, claro, son tus amigos.- Jordan se separó un poco de ella y le interrogó¿Por qué son mis amigos?, ¿qué clase de respuesta es esa Mariana?No es de ninguna clase, solo pienso que por un par de horas de conversación no puedo hacerme un juicio real.-Son buena gente, te lo aseguro. Y me han ayudado mucho, muchas veces.-Eso no lo discuto, pero no puedes negarme que lo único que hicieron fue hablar mal de Elda y maravillas de German e Isabel, como si ellos fueran unos ángeles.¿Qué te sucede Mariana?, no sé qué te haya dicho Elda, pero tus padres fueron personas maravillosas que lo único que hicieron todos estos años fu
Tal y como lo habían planeado, Jordan y Mariana se marcharon rumbo a la cabaña del bosque de Carlos. Era en un lugar apartado de la campiña, a unos 6 kilómetros del poblado más cercano, junto a un lago maravillosamente hermoso. Allí tenían planeado pasar unos cuantos días, para poder despejar sus mentes, pero sobre todo para poder conversar de todo lo sucedido, sin interrupciones ni presiones de ningún tipo. Necesitaban poner las cosas en claro, en perspectiva. Sabían, ambos, que habrían cambios, muchos cambios, por ello tenían que ponerse de acuerdo de cómo afrontarlos. Mariana, si bien estaba abrumada por todo lo acontecido, también estaba feliz, pues pasaría unos días en una cabaña con un entorno de película y con el hombre que amaba. Ella había visto a German e Isabel muy enamorados, pero cre
Último capítulo