AMANTE CONTRATADA DEL ALFA: ¡HUYÓ CON SUS CACHORROS!
Huyendo de un crimen que no cometió, Elizabeth Fang lo dejó todo atrás, su hogar, su nombre, su manada, todo para proteger a su hermana pequeña y juró que haría cualquier cosa para mantenerla a salvo.
Incluso venderse y convertirse en la amante de un alfa.
La manada de Gideon Draven le exige un heredero. Pero su Luna oficial, la hembra elegida por tradición, se niega a ocupar su cama y Gideon, marcado por una cicatriz que divide su rostro y una maldición que le impide amar, contrata a otra loba.
Lo que ninguno esperaba… es que esa loba fuera Elizabeth.
Ella no lo ha olvidado y él tampoco, y cuando sus miradas se cruzan, algo se quiebra y bajo ese contrato frío y cruel, arde un vínculo que ninguno de los dos acepta.
Porque el solo quiere un hijo y ella solo quiere sobrevivir.
Pero entre gemidos ahogados en la oscuridad y noches que no deberían sentirse tan reales, el deseo se transforma en algo profundo, letal y prohibido. Y Gideon comienza a preguntarse si la loba por la cual pagó… es, en realidad, la compañera que el destino le negó.
Solo hay un problema.
El contrato tiene fecha de vencimiento y cuando el hijo nazca, Elizabeth deberá marcharse.
Pero ya es demasiado tarde y Gideon tendrá que elegir entre obedecer las leyes de su manada o romperlas todas por ella.
Porque hay juegos que se juegan con el cuerpo… y otros, con el alma.