Rechazada, Traicionada por su marido, Acogida por el mafioso
En el día de su aniversario de bodas, el regalo de él para ella fue la prueba de embarazo de su amante. Su marido tendría un hijo con otra mujer siendo que nunca la había tocado en 3 años de casados.
—¿Qué es esto? —preguntó Serena mirando con los ojos temblorosos el documento en sus manos.
—Una prueba de embarazo, Lorena está embarazada —respondió Erick a su esposa sin mostrar una sombra de arrepentimiento o culpa.
Serena miró a su marido incrédula. Años de amor y devoción convertidos en nada, eso era lo que ella significaba para él. Nada.
Y a partir de ese momento, Serena aceptó la realidad que venía negando hacía 17 años. Erick nunca la amó, nunca la amaría; él era incapaz de sentir cualquier cosa por ella: respeto, compasión, gratitud por todo el sacrificio que ella hizo por él y por su familia. Esa era la paga por años de amor y devoción: desprecio. Pero sin duda ella haría que él pagara por todo: cada lágrima, cada humillación, cada desprecio. Y en esa búsqueda de venganza, no imaginó que encontraría el verdadero amor en un hombre misterioso que, además de ayudarla a vengarse, llegaría a ser el hombre que le mostraría lo que es el amor. El amor puro y verdadero, el amor que no hace daño.