CAPÍTULO 61.
“Entonces prepárala. Enséñale lo que significa caminar entre nosotros. Porque si Lina va a estar en la manada… no puede ser solo por amor. Tendrá que ganárselo también”. Las palabras de Thor no se desvanecieron con el viento. Se hundieron en Kael como raíces profundas, recordándole que el amor no bastaba. Que Lina debía caminar entre ellos… con dignidad, no solo con el corazón. La manada no se sostenía con sentimientos, sino con vínculos forjados en la verdad, el sacrificio y la lealtad.
Mientras pensaba en esas palabras, sus pasos lo llevaron hasta ella, como si su aroma fuera un faro que lo llamara sin querer. El aire se llenó de su esencia, un rastro que lo arrastraba con la misma fuerza que su corazón latía por ella. No necesitaba verla para saber dónde estaba; su presencia, su perfume… todo en ella lo guiaba.
Lina estaba sentada en el césped, dejando que Emma diera pasitos a su alrededor. La niña reía cada vez se tropezaba con una hoja crujiente.
—¡Eso, pequeñita! —decía Lina e