83: No solo fue el accidente...
—¿Qué... qué estás diciendo? —Tartamudeó su padre con su seguridad quebrantada por la crudeza de la acusación.
—Ustedes lo saben. —Los acusó Olivia, con su mirada ardiente recorriendo a su padre y luego a Beatriz. —Ustedes saben que fue ella quien le subió la dosis de medicamento. Que fue ella quien, en una de sus rabietas porque la abuela se negó a darle dinero para uno de sus caprichos, jugó a ser doctora y aceleró lo inevitable. Saben que en su cumpleaños hizo que la abuela cruzara la calle y la arrollaran… ¡Lo saben y lo encubrieron!
Beatriz, en lugar de negarlo con vehemencia, aprovechó la tensión. Con Olivia todavía aferrada a su muñeca, se inclinó hacia adelante. Su movimiento fue tan rápido y sutil que solo Olivia pudo percibirlo. Su aliento, caliente y cargado de maldad, rozó el oído de su hermana.
—¿Y qué si lo hice? —Susurró, su voz era un hilo de veneno puro, tan bajo que solo Olivia podía oírlo. —La vieja entrometida siempre estaba en el medio. Se preocupaba demasiado por