Verónica no podía creer lo que escuchó. Y su rostro desencajado, Mauricio no supo cómo interpretarlo.

El padre Anselmo llamó al orden y miró con desaprobación la actitud del experto en derecho canónico.

—Como bien sabe, abogado, este tribunal se limita a tomar en consideración si fue viciado el vínculo matrimonial al momento de su realización…

—Pero quiero que tomen en cuenta lo que representa para mi cliente… Antes se comprometió en un vínculo indisoluble con alguien que no estaba preparado para cumplir con las reglas, ahora sí puede hacerlo con alguien que entiende y respeta la sagrada institución.

Mauricio estiró la mano y tomó a Verónica por el antebrazo para pedir su atención.

— ¿Estás embarazada?

Ella nunca quiso mentirle, pero no quería enfrentarlo. Una cosa era hacerlo partícipe de la vida de un niño, otra informarle de una pérdida.

—No lo sé —respondió con un hilo de voz.

Mauricio frunció el ceño y lucía como quien calcula el cambio y si le alcanza