Verónica dio un paso atrás, se sintió traicionada por quien menos esperó.

—Andrés… ¿Por qué lo hiciste? Te dije que no quería que nadie supiera. Confié en ti.

—Lo siento Verónica, pero tenía que obligar a que algo pasara, porque no quiero seguir en la cuerda floja.

Verónica negó con la cabeza con incredulidad.

—Te expliqué, entre Mauricio y yo no pasó nada.

Andrés tenía las manos en los bolsillos y su rostro mostraba una enorme tristeza.

—Pero sabemos que las cosas con Mauricio siempre están a punto de pasar…

—No es así…

—Sí lo es, y no quiero que sigas negandolo a ti misma o todos saldremos lastimados.

Verónica sintió que solo ella había salido lastimada. Sola y sin aliados. Todas las decisiones de su vida fueron una carga muy pesada el día de hoy.

—Solo tenías que decírmelo de frente, Andrés, no se vale que me hicieras pasar por la humillación que acabo de pasar.

Andrés se arrebató los anteojos de sol y espetó con resentimiento:

— ¿Entonces yo