Víctor le dijo con una sonrisa: —La respuesta del mercado ha sido increíble, las entradas para la primera función en la ciudad H se vendieron todas anoche.
Ana estaba gratamente sorprendida.
Después de un momento de reflexión, propuso: —¿Qué tal si salgo mañana por la mañana? Víctor no perdió la oportunidad de bromear un poco con ella.
Tras colgar el teléfono, María también expresó su alegría: —Ya estoy bien, Ana. Concéntrate en tu carrera, y por favor, dale las gracias a Mario por mí.
Ella abrazó a Ana suavemente y susurró: —Él te trata bien, así que vive feliz con él. Olvida el pasado.
Con voz ligeramente ronca, Ana le respondió: —Lo sé.
Se separaron con una sonrisa, una sonrisa que llevaba lágrimas. Era como si todavía fueran las mismas de años atrás.
…
Bajando las escaleras para subir al coche, el conductor notó el buen ánimo de Ana y le preguntó: —Señora, ¿regresamos a la villa ahora?
Ana, reclinada en el asiento trasero, había reservado un vuelo para la ciudad H para la mañana