Leila estaba delante de la puerta de la casa de Kelvin con un millón de abejas zumbándole en el estómago y el corazón acelerado como un caballo dopado.
Era la primera vez que lo veía desde que lo besó. Lo había estado evitando porque creía que las cosas serían demasiado incómodas entre ellos, pero era importante que se reunieran hoy. La primera audiencia de su madre era dentro de unos días y debían acordar un plan de acción.
Ella no podía esperar a que todo esto terminara para poder rechazar a Tatum y simplemente estar con él. También estaba ese hombre misterioso que decía ser su pareja de segunda oportunidad. Si tenía razón, también tendría que hacer algo con él.
Algo en ese tipo le daba escalofríos, ni malos ni buenos, era solo la sensación que tuvo cuando estuvo con él aquella noche, algo en su aura.
Sabía que estaba preparada para rechazar a dos parejas por Kelvin, pero Kelvin ni siquiera había encontrado a su propia pareja, ¿y si ella aparecía de repente como hizo el hombre m