La plaza hierve de aprehensión, tanto de la multitud como de la facción que ahora se levanta contra la tiranía de Antonio.
Las palabras de Alfa Leo flotan en el aire, un desafío al reinado del rey Antonio. El rostro del rey se ensombrece, su corona brilla como una advertencia ante la mirada de todos.
"¿Se atreven a traicionarme?", gruñe, volviéndose hacia los otros alfas, figuras imponentes vestidas con pieles y acero, cuyos ojos brillan con intensidad lupina. "¿Se atreven a desafiarme?".
La multitud se calla, el aire está cargado de violencia inminente. Antonio avanza, con ojos de fuego, y sus zapatos dejan huellas de la sangre que Camela dejó antes.
"Alfas, acaben con Leo y Tatum. ¡Ahora!", vuelve a ordenar.
La multitud se queda inmóvil. Pero los Alfas, Ragna, Soren y Veyra, permanecen de pie, impasibles, con rostros que parecen tallados en piedra.
Ragna, el más corpulento de los tres, se acerca a Leo y gruñe por lo bajo. "No, Antonio. Tu tiranía termina aquí".
Soren y Veyra a