Te amo
SOPHIE
Al escuchar eso, revisé rápidamente el archivo y saqué un documento. Parecía un estado de cuenta bancario con una cantidad impresionante de dinero. Pero eso no era lo más impactante, lo verdaderamente sorprendente era que la cuenta estaba a mi nombre.
—¿Có...cómo...? —estaba demasiado aturdida para formar palabras completas.
—Tu padre vendió la propiedad. Al mediodía del día que murió, me llamó. Me pidió que supervisara la venta y te entregara el dinero. Lo transferí a una cuenta en el extranjero y puedes acceder a ella cuando quieras.
No podía creer lo que veían mis ojos, ni lo que escuchaban mis oídos. De repente, había pasado de no tener nada a ser tan rica que ni siquiera sabría por dónde empezar a gastar tanto dinero.
—Además, tu madrastra ya no te molestará más. Me aseguré personalmente de que regresara al campo, y en cuanto a Sebastián... —Travis hizo una pausa al pronunciar ese nombre, como si decirlo le desgarrara algo por dentro—. Me aseguraré de que reciba el c