Fantasmas del armario.
SEBASTIAN
Estaba prácticamente desnuda.
Sus piernas cubiertas con esos shorts que apenas podían considerarse tela. Su camiseta de tirantes era demasiado delgada, pegándose a su cuerpo bajo el tenue resplandor azulado del televisor. Yacía acurrucada en el sofá como una niña, respirando de forma acompasada, completamente ajena al peligro que se había colado en su hogar.
La observé, pero no como debía verla un hermano, nunca como debería mirarla un hermano. Es que tampoco crecí pensando en ella como mi hermana, mi madre se aseguró de eso desde el momento en que Sophie llegó a nuestra familia. En cada oportunidad, me recordaba que aunque compartiéramos sangre, ella no era mi hermana.
Siempre usé eso para limpiarme de la culpa que venía con el tipo de pensamientos que tenía cuando estaba cerca de Sophie. ¿Quería que desapareciera, que se apartara de mi camino? Sí.
¿La odiaba? Sí. Pero había pensamientos, peores, enfermos, que sin importar cuánto la detestara, siempre