Sintiendo como su corazón se aceleraba, Anna retrocedió un par de pasos.
–Amara… ¿Estás segura? –
“¿Qué te dice tu instinto?”–preguntó la loba
–Si no es un lobo ¿Qué es? –preguntó Anna en voz baja
“No lo sé, no estoy segura, creo que deberíamos advertir a Bingen…”
–Vale…–masculló Anna cediendo ante la inquietud de su loba
Presurosa, la joven prácticamente corrió en dirección a Don y Byron, quienes parecían tener problemas con una parrilla.
–Hola Anna –la saludó Don alegremente –¿Cómo has estado? –
Ignorando la indignación de las chicas tras ella, Anna se acercó más a ellos.
–Estoy bien, Don, no te había visto desde mi fiesta sorpresa en el café Moore –dijo frunciendo el ceño al escuchar como una joven mascullaba indignada “¿Él también?”
–He estado ocupado, he querido acompañar al señor Basil y al joven Egan a visitar la propiedad del señor Moretti, pero, desgraciadamente, siempre me termino ocupando con mis deberes –dijo el joven con algo de dramatismo
Ante su tono y a su in