Capítulo 72. ¿Desde Cuándo Somos Novios?
—Hola Ramiro…
El solo sonido de su nombre, apenas un temblor articulado por Aura, detuvo a Ramiro en medio de la habitación.
Se acercó a la cama con una lentitud casi ceremonial, como si caminara sobre cristal. Al ver el rostro de Aura despierto, después de semanas de silencio impuesto, el rostro de Ramiro se deshizo. Sus ojos se abrieron de par en par, inyectados en sangre por el agotamiento, pero ahora inundados por una luz de felicidad absoluta y pura. Era el brillo húmedo del asombro, de la incredulidad ante un milagro que se había atrevido a pedir.
La tensión crónica que había habitado su mandíbula y sus hombros se disolvió en el acto. La sonrisa no fue un gesto, sino un quiebre en su fachada, una oleada de alivio tan fuerte que le arrugó el contorno de los ojos. Sus labios se separaron en una "O" silenciosa, incapaz de articular el torrente de emoción. Era la expresión de quien, habiendo esperado la muerte, recibe la vida.
Ramiro aspiró una bocanada de aire, un sonido áspero que