Capítulo 57. Protección a Doble Filo
Ramiro no permitió que el equipo de paramédicos del Argus lo dejara atrás. Se subió a la parte trasera de la ambulancia de última generación, deslizándose en el pequeño asiento auxiliar. Quería estar allí, una presencia firme, mientras los paramédicos monitoreaban cada latido y cada respiración de Aura.
El interior del vehículo era un quirófano en miniatura. Las luces eran tenues y los instrumentos eran silenciosos, pero cada parpadeo en el monitor era una confirmación de vida. La ambulancia se deslizó por las calles de la ciudad sin sirenas, manteniendo una velocidad constante y discreta, una cápsula de alta seguridad en medio de la noche.
Ramiro tomó la mano de Aura, que colgaba inerte a un lado de la camilla. Estaba fría, pero la presión arterial se mantenía estable
Mientras la sostenía, la imagen de la verdad, brutal y sin adornos, lo golpeó con la fuerza de un rayo.
El dinero.
Ese cheque que él le había arrojado, pensando que compraba un par de horas de su cuerpo, compraba algo i