Capítulo 50. El Consejo del Veneno
El Café “El Crisol” era un rincón de elegancia discreta donde convergía la élite profesional de la ciudad, y Kiara había elegido la mesa más recóndita. Sentadas con ella, sorbiendo lattes espumosos, estaban Mónica y Eva, sus confidentes más cercanas en El Oráculo. El ambiente olía a café tostado, pero la conversación estaba impregnada de amargura.
Kiara revolvió su bebida con una intensidad innecesaria, sus ojos brillando con una frustración contenida.
—Es que no lo entiendo. No entra en mi cabeza. Todo lo que planeamos, las notas filtradas a las redes, el escarnio público... ¿Para qué sirvió? ¡Para nada!
—Kiara, tienes que calmarte. Hicimos lo que pudimos. Nadie esperaba que el Dr. Selig y el consejo médico la respaldaran de esa manera. El titular de hoy es nauseabundo: "La Fisioterapeuta Estrella que Salva al Ídolo".
Kiara se inclinó sobre la mesa, con una expresión de desprecio.
—¿Estrella? Por Dios. Esa mujer es una trepadora. La ataqué por la vía equivocada o qué sé yo, no se me