— ¿Sabes algo de Freya? — preguntó Axel que sí, cada día estaba mejor que el anterior, pero lo que más le costaba recuperar era la fractura en sus costillas y no le habían dado de alta por petición de su familia, ellos sabían muy bien que Axel se encerraría en su departamento y no dejaría entrar a nadie. Al menos allí no tenía excusa.
— Sigue yendo a trabajar común y corriente y anoche…— ¿Anoche qué? No te cortes, Laia… — le regañó.— Anoche salió de nuevo con su esposo a cenar, se le ve muy bien — informó ella, que los había visto entrar al mismo restaurante donde ella estaba cenando.— ¿Bien? … — inquirió Axel, achicando los ojos, algo de todo eso no le convencía. En la noche en que ella se había