Celeste.
Unos días después.
No sé en qué momento exacto comenzó todo, pero lo supe cuando vi a Nolan entrar a la sala con una libreta, una pluma… y cara de pánico.
—Necesito ayuda —dijo, sin saludar.
Kael alzó una ceja desde el sofá, donde estaba leyendo un libro de cuidado para bebés (sí, en serio.)
—¿Te persigue alguien? —pregunté, ya que Kael lo ignoró y siguió en lo suyo.
—Peor —confesó, usando su mano de abanico para echarse aire—. Quiero pedirle matrimonio a Nuria.
Yo, que estaba tomando té, casi me atraganto. Dejé la taza en la mesita.
—¿En serio?
—Sí. Y necesito que todo sea perfecto. Romántico. Inolvidable. No pretendo que sea cursi. Ni exagerado. Tampoco muy simple. Ni muy complicado. Ni… —Su voz salió atropellada, casi no lo entendí.
Nolan estaba muy nervioso.
—¿Quieres que sea perfecto, pero sin que parezca que lo intentaste? —resumió Kael.
—¡Exacto! —lo señaló.
—Estás condenado —dijo Damián, entrando justo a tiempo con una manzana en la boca—. Pero me encanta el dr