41. Tiene los ojos de luna.
—Escucha bien lo que voy a decir — más que hablar parecía que gruñía —Primero que todo, ese niño será tomado como mi hijo, así que mide tus palabras y la forma en que te refieres a él. Y segundo… estoy tan convencido de que mi loba romperá la maldición que, si en un año Abigail no me ha dado un heredero, haré mi sucesor al lobo alfa más joven de nuestra manada, excluyendo a Rowan. Así tendrán la certeza de que la manada seguirá bajo el control de nuestra sangre.
El murmullo creció entre los ancianos. La oferta de Damián era fuerte, irrefutable. Sin embargo, Evelyn no estaba dispuesta a perder la oportunidad de seguir atacando.
—¿Y qué hay de lo que oculta? —preguntó, con una sonrisa ladeada, afilada como un cuchillo—. ¿Nos tomarás por idiotas? Sabemos que guarda secretos, que hay cosas que aún no ha dicho. ¿Realmente vas a poner a la manada en peligro por alguien que no confía lo suficiente en nosotros para hablar con claridad?
—Lo que sé —intervino Isolde con voz firme, elevando la b