Capítulo extra. Gail Parte ll.
El olor a sangre era fresco.
Aceleré mi carrera y aullé para avisar que los refuerzos habían llegado.
Con un poco de suerte, ellos huirían causando el mínimo de daño.
Cleo se adelantó y la vi caer en picada más adelante, luego escuché el inconfundible grito de dolor.
No era para menos. En los últimos años ella había crecido tanto como para levantar con sus garras a un lobo si quisiera.
Más gritos asustados llenaron el bosque cuando por fin llegué a la zona residencial.
Caos, Renegados tomando rehenes, cachorras corriendo con la distracción...
Justo me lancé hacia el Renegado que había tomado por el cuello a una loba frente a su cachorro cuando él apretó y el sonido de huesos al romperse me tomó por sorpresa.
No le di tiempo de reaccionar, simplemente ataqué su yugular y lo dejé desangrándose hasta morir segundos después.
El llanto del cachorro al tratar de despertar a su madre me perseguiría por días.
Eso me llenó de rabia.
Solté otro aullido informando que caz