Capítulo extra. Gail.
La mañana apenas iniciaba cuando en camino hacia mi manada encontré leves rastros de Renegados.
Sin dudar desvié mi carrera para seguirlos.
Era lo que había estado haciendo durante los últimos años: Comer, dormir, rastrear Renegados, matarlos y seguir con el ciclo.
Mi rutina para tener la mente en blanco durante meses.
No sabía si era una bendición o una maldición que siempre hubieran un par más que perseguir y matar.
El largo de mi cabello era el único indicativo sobre cuándo volver con Iris y mi manada. Al principio regresaba una vez a la semana para reportarme, pero con el paso del tiempo simplemente regresaba una vez cada par de meses para asegurarle a mi mejor amiga y Luna que seguía vivo.
Ella no lo tomaba muy bien, pero me daba mi espacio comprendiendo mi duelo.
Realmente era una buena amiga.
Y yo... había sido un muy mal amigo en los últimos tiempos, pero al menos esperaba ser el tío divertido.
Eso había estado pasando desde que Iris tuvo cachorros. Los