Capítulo 21. Al borde del abismo
El amanecer ya asomaba en Buenos Aires, tiñendo la ciudad con su luz cálida y dorada. En el penthouse de Edgardo, la atmósfera aún era densa, cargada con las consecuencias de la noche anterior. Rebecca caminaba por la amplia terraza, observando la ciudad que se desplegaba ante ella. En su interior había dudas y preguntas que no la dejaban en paz, junto con respuestas que no iba a ser capaz de soportar.
Acompañado de eso, también estaban sus sentimientos, y los de Edgardo, envolviendolos en un abismo de celos y dicha, donde un día estaban bien, pero al otro danzaban con furia sobre las sábanas sábanas; terminando en un solo punto, Edgardo.
Él la había reclamado de todas las maneras posibles, pero también, la había lastimado a tal punto que no se creía capaz de admitir. Sabía que desde el primer día su relación sería extremadamente caótica, y eso los llevaría a odiarse mutuamente. Sin embargo, ahora se encontraban ahí, amándose como si nada hubiera pasado al inicio.
Edgardo aparec