KEILY
Marcello me ha mantenido en su dormitorio la mayor parte del tiempo que he estado aquí. No ha pasado tanto, no realmente, pero nunca me he sentido más prisionera en toda mi vida. Incluso en las cárceles, los reclusos pueden salir o interactuar entre ellos. Supongo que me siento más como un ave exótica en una jaula demasiado pequeña, a la que solo visitan y tocan cuando su captor lo considera apropiado.
Me ha dejado algunos libros para leer mientras él se ocupa de mantener su empresa criminal, y no me sorprende en absoluto la selección que eligió para mí: Las 48 leyes del poder, Psicología oscura y El manantial. O bien busca un desafío, o no cree que yo sea lo bastante inteligente como para sacar provecho de la información en esos libros.
Tal vez simplemente no lee, a menos que quiera tener ventaja sobre alguien.
Sin embargo, podría dejarme los libros más enriquecedores e informativos del planeta, y aun así no evitaría que intentara escapar de él.
Aunque su casa es preciosa y dig