Mundo ficciónIniciar sesiónMorgan
Stefan rió bajo, una risa oscura que hizo que mi estómago se retorciera de anticipación. Porque sabía que estaba disfrutando tenerme así. Suplicante. Hambrienta. Dispuesta a dejarlo hacer lo que quisiera con tal de no dejar de sentir. Y en ese momento, supe que estaba en serios problemas. Porque Stefan Corsetti no iba a parar hasta destruirme por completo. Y yo... yo se lo estaba permitiendo. En un movimiento rápido y contundente, Stefan me empujó contra la pared. Mi espalda golpeó la superficie fría, pero el impacto fue un contraste delicioso con el calor abrasador que recorría mi cuerpo. Antes de que pudiera procesar lo que estaba pasando, sentí su mano en mi cadera, sujetándome con una firmeza que solo él podía tener. —¿Así te gusta, Morgan? —Su voz era un gruñido ronco, cargado de esa arrogancia suya que en ese momento solo hacía que me derritiera más. No tuve tiempo de responder, porque su mano se






