Morgan
—Entonces, ¿día difícil? —preguntó, dándole un sorbo a su café mientras me observaba con curiosidad.—¿Cuándo no lo es? —bufé, inclinándome hacia atrás en la silla—. Pacientes complicados, expedientes atrasados, y para colmo, mi cabeza no coopera hoy.—Eso suena preocupante viniendo de ti. Siempre eres la reina de la organización —se burló él, aunque su tono tenía un deje de genuina preocupación.—Sí, bueno... digamos que he tenido unos días complicados. —Esa era la forma más sutil que había encontrado para describir lo que significaba que un mafioso apareciera en mi vida y la pusiera patas arriba en solo 3 días.—Si necesitas distraerte un rato, puedo contarte sobre el desastre en la sala de operaciones esta mañana. Créeme, es una historia tan trágica que termina siendo divertida.No pude evitar reír. Quizás una conversación absurda con Alex era exactamente lo que necesitaba para no pensar en Stefan Corsetti por al menos